Hasta hace menos de un mes, el principal motivo de preocupación de la Unión de Rugby de Tucumán (URT) y de la Unión Argentina de Rugby (UAR) era llegar a un acuerdo sobre cómo y a partir de cuándo se iba a disputar el Regional del NOA 2020. Quién hubiera imaginado que, después de tantas discusiones y aclaraciones que costó alcanzar dicho acuerdo, el torneo no llegaría ni a comenzar, y que abril encontraría a la ovalada detenida a nivel mundial. Aunque -por ahora- la cuarentena obligatoria se extenderá hasta el lunes 13, se sabe que la actividad deportiva tardará bastante más en normalizarse, lo que puede acarrear problemas financieros para las Uniones provinciales en el corto y mediano plazo.
Por eso, la UAR anunció haber diseñado un plan de emergencia destinado a brindar asistencia económica a aquellas Uniones cuyo funcionamiento se vea en riesgo a causa de la paralización de la actividad. “La UAR suspendió sus competencias y la actividad de todos sus equipos, priorizando la salud y el bienestar de todos sus integrantes. Las Uniones seguramente atravesarán situaciones financieras críticas y por ello, la Unión Argentina de Rugby ha diseñado un programa general de asistencia. Ante un caso de extrema urgencia, que ponga en riesgo la continuidad de alguna de las Uniones por la falta de recursos, podrán recurrir a la UAR”, anticipó Marcelo Rodríguez, titular de la entidad madre del rugby argentino.
“Las Uniones aprobaron de manera unánime la gestión del 2019 y los objetivos planteados para 2020, otorgándole al Consejo Directivo de la UAR las facultades necesarias para reasignar partidas presupuestarias que le permitan conducir la institución en esta situación de crisis. Es un voto de confianza muy importante para el Consejo de la UAR”, agregó el sanjuanino.
Los clubes primero
La falta de actividad es un duro golpe para las Uniones, que pierden ingresos (sponsoreo, fichajes, ayudas gubernamentales destinadas al desarrollo del deporte y otros ítems) pero deben seguir afrontando gastos fijos. En el caso de Tucumán, -la segunda plaza rugbística más importante del país-, la Unión local tiene espalda para capear el temporal durante un tiempo, pero la situación puede complicarse si este se extiende demasiado. “Tenemos algunos fondos para cubrir los gastos por ahora, pero eso se va a ir consumiendo mientras dure la inactividad. Me parece que siendo lo más optimistas posibles, se podría pensar que habrá rugby recién a fines de junio, o ya en julio, pero eso no se sabe. Todo dependerá de la dinámica de evolución de la pandemia”, indicó Marcelo Corbalán Costilla, presidente de la URT.
“De todos modos, el Consejo Directivo de la URT está más preocupado por el funcionamiento de los clubes que de la propia entidad. Ellos son un latido necesario. Los clubes no están ‘por debajo’ de la Unión, los clubes ‘son’ la Unión. Lo único que hacemos nosotros es administrar el dinero que viene de los clubes para organizar campeonatos, capacitar árbitros y desarrollar el deporte. Los clubes dependen de que los socios paguen la cuota al día. El tema es que son muy pocos los clubes que tienen la opción de cobrar por débito automático. Y también hay que tener en cuenta que, en esta situación, para muchos no es una prioridad pagar la cuota”, destacó Corbalán Costilla.
Sobre el plan de asistencia de la UAR, un aspecto a considerar es que hay realidades y necesidades muy distintas entre las 25 Uniones del país. “Es paradójico: las Uniones más grandes tenemos más ingresos cuando hay actividad, pero también más gastos, mientras que las Uniones chicas, reciben menos pero también gastan menos. ¿A quién debería darle prioridad de salvataje el Consejo de la UAR? Es difícil saber por dónde empezar. Además, a causa de esta situación, todos los presupuestos que se hicieron para esta temporada van a quedar totalmente distorsionados. Ojalá que podamos recuperar la normalidad lo antes posible”, se esperanzó el directivo.